A Blog Abierto


El hombre del carro

El «hombre del carro» (no, no es Manolo Escobar), es ese abnegado y desconocido empleado de una gran superficie, que se pasa el turno de ocho horas de trabajo, empujando cientos de carritos de compra por los inacabables pasillos que nosotros transitamos en unos minutos.

No reparamos en él, pero seguro, que él sí repara en nosotros; especialmente cuando entorpecemos su ritmo interponiéndonos en su camino hacia los “aparcamientos” donde luego esperamos encontrar un carrito que llenar con la compra.

Mi «hombre del carro» particular (aquel que más veo), es un hombre que debe de rondar los 60 (o, empujar 13 carritos enganchados de una vez, cada vez, ha hecho que le salgan canas) y que, por tanto, no anda lejos de su ansiada pensión, que a cada empujón a los carritos, se le debe de antojar más distante; que está delgado como un pitillo, (¿fumará? No lo he visto nunca, solo empuja carritos y cuando no lo hace, es que va a paso ligero a por más) pero que pese a ello, realiza su trabajo con una persistencia digna de encomio.

Le veo venir de lejos… Con paso lento pero firme… Precedido como siempre por los trece carros… Sus tacones no rozan el suelo… De puntillas, empuja que te empuja, los mueve desde todos los rincones del aparcamiento hasta el supermercado (en el Carrefour de Montigalà).

Después de haber recorrido todo el parking, llega a la puerta con su pesada carga… Se detiene, no porque esté cansado, sino porque alguien se le para, justo delante, para encender un cigarro (¿pero es que nadie le ha dicho a este peatón inoportuno lo malo que es fumar?)… Entonces se gira… Advierte que molesta y con paso cansino, se aparta… El «hombre del carro», de puntillas, emprende nuevamente su camino inacabable, en un arranque lento, pesado pero decidido.

Y así un día tras otro. Nunca se queja. No puede perder el tiempo. Le esperan más carros.

Y nosotros le esperamos a él.

* * *

Directorio:
http://www.pascua.com
http://www.pascua.org
http://www.blogsfera.net
Reflexiones Desde La Calma
Siempre Nos Quedará El Amor
@pascuapuntocom

septiembre 1st, 2007 by Pascua

Mi Dios también se llama Alá

Me dices con tono furibundo, que piensas luchar con todas tus fuerzas para evitar que se construya una mezquita en terrenos públicos en los que, dices, deberían construir viviendas.
Estás sinceramente enojado porque “esos moros de… nos están invadiendo y quitando nuestros puestos de trabajo…”
Continúas con tu diatriba xenófoba.

Me preguntas por mi opinión al respecto –aunque sabes cómo pienso- y te digo que cerca de donde vives construyeron una iglesia católica y no te manifestaste reclamando viviendas.
Te enojas. Me preguntas de qué lado estoy, recordándome el atentado de Atocha y los ataques a las Torres Gemelas.

Te respondo que durante décadas hemos padecido los asesinatos de inocentes por parte de “nuestros propios terroristas”, los de aquí, los que no son sospechosos de rezarle a Alá… O a cualquier otro dios que no sea el de la violencia indiscriminada.

Finalmente, “me concedes” que hagan unos jardines…
“…Donde puedan cagarse los perros”, pienso. Y me río al darme cuenta de lo que en verdad te preocupa.
“…Desde su púlpito se lanzarán soflamas contra Occidente, se incitará a la violencia terrorista…”

Ya te has olvidado –te digo- de las consignas lanzadas tantas veces desde un púlpito cristiano.
“En la mezquita les incitarán a matarnos en nombre de Alá”, insistes.
Hay tanta sangre inocente regando la tierra en nombre de nuestro Dios… Y siento mientras hablo, que no puedo más con tu intransigencia.

Te digo antes de dejarte por imposible, que la gente que tú desprecias es la misma que yo veo cada día a la tarde, cuando vuelve del trabajo que tú no quieres hacer…

Y te digo finalmente, que en nuestra impotencia, todos rezamos al mismo dios…
…Que mi Dios… También se llama Alá.

* * *

Directorio:
http://www.pascua.com
http://www.pascua.org
http://www.blogsfera.net
Reflexiones Desde La Calma
Siempre Nos Quedará El Amor
@pascuapuntocom

julio 1st, 2007 by Pascua

El miedo en el alma

La sobremesa es un buen momento para conversar… Aunque mejor sería no tener que hacerlo de algunas cosas.

Suena el teléfono…
-Hola…
-Hola, Pascua. ¿Cómo te va desde que no estás en la Radio?
-Hay cosas que no se olvidan,… Pero, ¿y tú? Cuéntame. Hacía tiempo que no sabía de ti.
-Pues he llegado hace unos días de… (otra provincia, en otra Comunidad española).
-¿Y eso? ¿Vacaciones o trabajo?
-El miedo. El instinto de supervivencia.
-¿Qué ha pasado?
-Mi ex ha salido unos días con permiso… Y yo he puesto kilómetros de por medio.
-No entiendo que a tu ex le den permisos de salida, cuando es evidente que los quiere para buscarte…
-Me siento muy sola, Pascua. Tuve que dejar mi tierra (en otra Comunidad) por miedo a que me matara. No veo a mi familia… Y encima él pide el traslado a la provincia donde yo estoy… ¡Y se lo dan! ¿Cómo se enteraría del lugar donde estoy?
-Se me ocurren algunas respuestas…
-Lo más triste, es que pedí que le pusieran una de esas pulseras que pitan cuando se te acerca a unos cuantos metros…, y me la denegaron.
-¡Qué me dices! ¿No tienen claro para qué quiere los permisos?
-Ya…, pero me dicen que como no me ha agredido…
-¡Pero si está en la cárcel por agredirte!
-Una vez me rompió la mandíbula…
-Me gustaría que algún juez me explicara unas cuantas cosas: ¿por qué conceden el traslado a un preso por malos tratos, y además a la provincia donde está su víctima? ¿Por qué te deniegan la pulsera? ¿Por qué no se le prohíben los permisos al maltratador?… ¿Porque él tiene derechos? ¿¡Y tú no!? Algo no funciona.
-Espero que no leas mi nombre un día en el periódico…
-Yo también lo espero…

Como espero las respuestas.

* * *

Directorio:
http://www.pascua.com
http://www.pascua.org
http://www.blogsfera.net
Reflexiones Desde La Calma
Siempre Nos Quedará El Amor
@pascuapuntocom

junio 1st, 2007 by Pascua

Crónica de un día cualquiera

Una de las cosas que más me gustan (y me gustan unas cuantas, créanme), es conducir. Por razones de mi trabajo, todas las mañanas realizo en coche un trayecto de no más de cinco kilómetros, que sin embargo me agota durante una hora de reloj… Y de atascos insufribles.

Estar durante una hora diaria, a solas, encerrado tras los cristales que al exterior solo vierten tu imagen, pero que sin embargo te permiten ser testigo de multitud de acontecimientos, puede ser asfixiante… A no ser, que aprendas a integrarte en ese contexto cotidiano en el que te mueves, y al que perteneces.

Naturalmente, un trayecto más o menos largo por la ciudad tiene, además de los atascos, otras perspectivas a las cuales podemos asomarnos con una pequeña sonrisa, para empezar la jornada con optimismo. Veamos:

El conductor que se detiene a mi derecha (obligado por el mismo semáforo que me detiene a mí), se entretiene en mirar con ansiedad su teléfono móvil, que parece haberle declarado la indiferencia más absoluta, porque no le obsequia con una triste llamada que llevarse a la oreja. ¡Cuánta soledad y abandono!

Por cierto que (hablando de la oreja), el conductor de mi izquierda se acuerda de que hace un rato (¿O tal vez haga 2 horas?,… ¡Se pierde tanto tiempo en un atasco…!), cuando se levantó, se afeitó, se cepilló los dientes, se lavó la cara, se perfumó… Pero no se desatascó los pabellones auditivos (y hay tanto por escuchar…), así que aprovecha la coyuntura (el semáforo, ¿recuerdan?) y con verdadero frenesí introduce todo lo que encuentra a mano para tal menester: un bolígrafo, el meñique,…

Todo vale para escuchar con nitidez las nimiedades del día.
Menos mal que el semáforo se ha puesto verde y así, el del móvil y el del bolígrafo, se pueden dedicar a otra cosa… Y de paso, nosotros los perdemos de vista… Un rato. Hasta el siguiente semáforo.

Al haber hecho ya la radiografía de estos pacientes de la congestión, me despreocupo de ellos y durante la pequeña fracción de tiempo que permanece en rojo el semáforo siguiente, me centro en el motorista que ha hecho verdaderas demostraciones de equilibrio pasando entre los coches que apenas le dejaban paso, para, por fin, situarse el primero en la cola a la espera del ansiado verde (¿se han fijado en que, por lo general, los motoristas no guardan cola como los sufridos conductores de turismos, furgonetas y camiones… Ah, y autobuses?). Ávido por llegar antes, mi vecino motorista mira con impaciencia esperando luz verde y mientras, dando acelerones infrahumanos me obsequia con el exasperante sonido del motor de su máquina que está pidiendo a gritos un silenciador.

¿Dónde demonios están los controles de contaminación acústica?

Una manzana más allá, otro sufrido ciudadano encuentra su deleite en buscar tesoros ocultos… En sus fosas nasales; primero en un lado, luego en el otro, busca, busca… Y claro está, ¡encuentra! Observa su hallazgo con aprobación, lo redondea entre sus dedos índice y pulgar, para, finalmente…
No les digo dónde acaba el hallazgo de este convecino del atasco, porque el semáforo se ha puesto verde (yo me estaba poniendo blanco de las náuseas) y sigo mi camino que, afortunadamente, como es primavera, me obsequia con otras estampas también típicas de la ciudad, aunque éstas sin embargo, caminan, apaciblemente o con prisas por la acera, contoneando sus caderas (¡qué bien lo hacen!, parece que hubieran estado toda la vida entrenando…) y propiciando coquetas el vuelo de sus vestidos estampados, que oxigenan la ciudad con ese aire fresco que seguramente también percibió mi admirado Luis Arribas Castro, cuando dijo «la ciudad es un millón de cosas».

Que cada día se repiten, créanme.

* * *

Directorio:
http://www.pascua.com
http://www.pascua.org
http://www.blogsfera.net
Reflexiones Desde La Calma
Siempre Nos Quedará El Amor
@pascuapuntocom

mayo 2nd, 2007 by Pascua